Mixed Marriage (Spanish)
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LA RAZÓN PORQUE LOS CRISTIANOS NO DEBEN SALIR CON NI CASARSE CON LOS CATÓLICOS ROMANOS O CON OTRAS PERSONAS INCONVERSAS
1. Dios prohibe el matrimonio entre Su pueblo y los inconversos. Mire Sus mandamientos a Su pueblo escogido en el Antiguo Testamento: Génesis 24:3—“...que no has de tomar esposa para mi hijo de las hijas de los cananeos.” Deuteronomio 7:3-4—“Y no emparentarás con ellos...Porque desviará a tu hijo de en pos de mí y servirán a dioses ajenos.” Josué 23:11-13—“Porque si os apartareis...y si concertareis con ellas matrimonios...os serán por lazo, y por tropiezo.” Esdras 9:10-12—“...Ahora, pues, no daréis vuestras hijas a los hijos de ellos, ni sus hijas tomaréis para vuestros hijos.” Nehemías 10:30—“Y que no daríamos nuestras hijas a los pueblos de la tierra, ni tomaríamos sus hijas para nuestros hijos.” Nehemías 13:26—“ ¿No pecó por esto Salomón rey de Israel? aún a él hicieron pecar las mujeres extranjeras.”
2. Dios requiere la separación de los salvos, el pueblo de Dios, hacia Si mismo. Éxodo 33:16—“...y que yo y tu pueblo seamos apartados de todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra?” Levítico 20:26—“Habéis, pues, de serme santos, porque yo Jehová soy santo, y os he apartado de los pueblos, para que seáis míos.” Jueces 2:2—“...que vosotros no hagáis alianza con los moradores de esta tierra.” Esdras 10:11—“...y apartaos de los pueblos de las tierras, y de las esposas extranjeras.” Deuteronomio 22:10 describe el principio de la separación en los mandamientos contra el uso del yugo desigual en arar la tierra, y los versículos que siguen demuestran el mismo principio de no sembrar varias semillas en la viña y de prohibir vestirse con ropa de lana y lino juntamente. Finalmente, el principio de la separación en el yugo desigual del matrimonio está expuesto en 2 Corintios 6:14-18. Amós 3:3 hace la pregunta, “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?” ¡La respuesta obvia es NO! 1 Juan 5:21 demanda la separación de los ídolos. Apocalipsis 21:8 claramente dice que todos los idólatras tendrán su parte en el lago de fuego. Lo mismo se dice de los otros inconversos en este versículo. Ningún hijo de Dios debe ser unido en yugo con un hijo del diablo. No importa que gentil, dulce, cariñosa, amable, y atenta es la persona—ese individuo todavía es un hijo del diablo si no es salvo.
Muchas personas proclaman el nombre de Cristo sin ser verdaderamente convertidas a Cristo. Se llaman Cristianos cuando realmente no lo son. Un Cristiano es una persona convertida, una persona salva; uno que ha rechazado el pecado, las obras, los méritos, las doctrinas falsas, los ídolos y ha puesto toda su fe, su confianza, y su esperanza en Jesucristo...el Cristo de la Biblia...como su único, personal, y todo suficiente Señor y Salvador. Ninguna persona salva debe casarse con un agnóstico, un ateo, un budista, un shintoísta, un musulmán, un judío inconverso, un creyente en la ciencia Cristiana, un testigo de Jehová, un Católico Romano, un protestante moderno inconverso, ni ningún otro tipo de persona que no ha sido realmente convertido de corazón al Cristo de la Biblia y que lo demuestra con una vida cambiada. Uno ni debe casarse con un Cristiano “descarriado.” Cristo demanda y merece nuestra devoción y dedicación completa a Si mismo (Romanos 12:1-2; Colosenses 3:1-17). ¿Cómo puede Él tener esto de uno si su esposo o esposa le está arrastrando por otro camino? En el caso de un Católico Romano quien dice que cree in Jesucristo y que está seguro que es un Cristiano, es un asunto fácil de refutar. Simplemente muéstrelo la hostia usada en la comunión de la Misa Católica Romana. Pregúntele si cree que cuando la hostia ha sido consagrada por el sacerdote en el altar se vuelve literalmente en el cuerpo y la sangre de Jesucristo. Como Católico Romano, debe decir que sí. Esto es la doctrina central de la Iglesia Romana—la doctrina de la transubstanciación—que la sustancia de la galleta hecha de harina y agua y cocida delgada y crujiente se vuelve absolutamente, literalmente, completamente en el cuerpo y la sangre de Jesucristo—los ojos, los dientes, la nariz, los dedos, las orejas, el hígado, los pies, las uñas, la piel, la sangre, el cabello, los órganos de Jesucristo. Y que todo Católico Romano actualmente traga y recibe en su estómago el cuerpo y la sangre literal de Jesucristo. Esto es la forma más peor de la idolatría. Jesús dijo, “Entonces si alguno os dijere: He aquí está el Cristo, o allí, no lo creáis” (Mateo 24:23). ¡Sin embargo en cada misa el sacerdote cuenta a la gente que Cristo está presente y se Lo da a los comulgantes para tragar! ¡Qué blasfemia! ¡Además, todo Católico Romano tiene que creer que el nuevo nacimiento es el bautismo por agua! Hijo de Dios, no salga con un Católico Romano. Testifíquele, sí. Salir con él o ella, ¡no! Si Dios está llamando a dos personas juntas, Él los llamará en acuerdo, en un amor común para con el Cristo verdadero, la Biblia, la comunión en una iglesia verdadera, Cristo-céntrica, Bíblica, misionera, evangelística, y fundamental—para el culto familiar según la Biblia. Cualquier otra unión no es de Dios y resultará en las concesiones y en la tristeza. “Deléitate asimismo en Jehová, y Él te concederá las peticiones de tu corazón” (Salmo 37:4). Si Dios le llama a casarse, ¡alabe al Señor! Si Dios le llama a ser soltero, ¡alabe al Señor! El único lugar de la felicidad está en la voluntad perfecta de Dios. Si usted ya está casado con una persona inconversa, viva totalmente para Jesús. No ceda más. Ore y testifique para la conversión de su esposo o esposa.