How To Be Saved (Spanish)
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- Format: Folded Tract
- Size: 3.5 inches x 5.5 inches
- Pages: 4
- Imprinting: Available with 5 lines of custom text
- Version: RVR-1960
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Muchos hoy día preguntan cómo pueden ser salvos. Si usted es una de las personas que hacen tal pregunta, escribo este mensajecito para decirle. Aún si no sabe usted mucho acerca de la Biblia, es fácil entender cómo ser salvo.
Imagínese una persona que se ha alejado demasiado de la playa y se encuentra en agua muy honda y está a punto de ahogarse. Clama al salvavidas para que le socorre. El salvavidas se apresura para alcanzarla, le recoge en su estado indefenso y le lleva a tierra. El salvavidas le ha salvado de ahogarse.
O, imagínese un hombre cuya casa se ha incendiado y él está a punto de sofocarse por el humo. Ve a un bombero que se le acerca y clama para que le salve. El bombero lo agarra en su agotada condición y le saca fuera del incendio. Aquel bombero le ha salvado de la muerte.
Ahora, tal como en la playa hay un salvavidas capaz de salvar al nadador, y así como el municipio tiene sus bomberos que pueden salvar a uno de la muerte en una casa incendiada, asimismo Dios tiene un Salvador (Lucas 2:11) quien es capaz de salvar a todo pecador que confíe en aquel Salvador para salvarle (Juan 3:16). El tiene un Salvador para usted.
El Señor Jesucristo se hizo el Salvador de los pecadores al venir del cielo (1 Juan 4:14) a morir en la cruz por los pecados de ellos (1 Timoteo 1:15). Sobre esa cruz él consumó la obra de la redención (Juan 19:1-30) para la gloria de Dios. Dios le levantó de la muerte (Hechos 5:30-31) y él ahora está a la diestra de Dios en el cielo (Hebreos 1:3), un Salvador viviente. El resucitado y ascendido Salvador aún lleva las marcas del Calvario en su cuerpo, un recordatorio eterno de que él le ha amado a usted y me ha amado a mi y murió en la cruz por nuestros pecados.
La manera en que usted puede ser salvo del castigo que se merece por sus pecados (Romanos 3:23) es de confiar en el Señor Jesús como su Salvador (Juan 14:6). Simplemente dígale: «Señor Jesús, yo quiero que tú seas mi Salvador» (Juan 1:12-13). Háblele a él en sus propias palabras y a su manera como si lo viera allí en frente de usted. Entonces, así como el nadador a punto de ahogarse reposó su peso completo en las manos del salvavidas, y como el hombre en la casa incendiada se confió del todo al bombero, de la misma manera puede usted confiar todo el peso de sus pecados al Señor Jesús. Él le salvará desde el momento en que usted confía en él (Juan 5:24).
¿Lo he hecho claro que ningún esfuerzo suyo, ni nada que usted pudiera hacer, de manera alguna podrá quitar ni un solo pecado suyo? Lo único que usted puede hacer —lo único que Dios requiere que haga— para ser salvo, es pedir al Señor Jesucristo, el Salvador viviente en el cielo, que le salve (Efesios 2:8-9). Entonces crea la Palabra de Dios de que, habiéndose confiado al Salvador, usted es salvo (Romanos 10:13).
No sólo le salvará cuando usted se lo pide, sino que además le guardará (Judas 24-25) por todo el camino de su vida, y luego le llevará a su hogar en el cielo para estar siempre con él (Juan 14:1-3).
Mi tarea, mi responsabilidad como predicador del evangelio, es de ayudarle a hacer el contacto con el Señor Jesucristo, e instarle a que lea la Biblia. Le insto a que lea todos los textos de la Escritura que aquí he indicado. Al leer la Biblia, con oración, llegará usted a conocer más y más a nuestro adorable Salvador, para que lo ame (1 Corintios 16:22) y halle su gozo en vivir para él. ¿No quiere usted confiar en él y alegrarle el corazón, y darme a mí el gozo de encontrarme con usted en el cielo? —Fred W.C. Wurst
Jesús dijo: «De cierto, de cierto, os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida» (Juan 5:24).