Where Your Treasure Is (Spanish)
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- Format: Folded Tract
- Size: 3.5 inches x 5.5 inches
- Pages: 4
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Hay una pregunta antigua—¿Vino primero la gallina o el huevo? Y si usted cree que la gallina llegó primero o no, realmente no importa al considerar la eternidad. Pero esta pregunta nos guía a considerar otra pregunta—¿Sigue el corazón al dinero? o ¿Sigue el dinero al corazón? Tal vez esta pregunta parece ser tan insignificante como la pregunta de la gallina y el huevo. Pero a la vista de la eternidad, ésta es MUY importante. La mayoría de las personas dirían que escogen gastar su dinero en las cosas las cuales aman; pero la Palabra de Dios dice que amamos las cosas por las cuales gastamos nuestro dinero.
Entonces, si usted gastó más dinero en las vacaciones con su familia de lo que dio a las misiones el año pasado, usted lo hizo porque ama más a su familia y a la diversión que a las almas perdidas. Si usted gastó más dinero en comer en los restaurantes en un mes de lo que da a las misiones, es obvio donde está su corazón.
Muchas personas ganan una fortuna dando consejos financieros. Le dicen a uno que salga de la deuda, que tenga cuidado con las tarjetas de crédito, que tenga un fondo para emergencias, etc. Todos estos consejos son buenos pero lo que parece estar faltando, aún de los autores “Cristianos,” es el énfasis a DAR. No es un tema popular porque la mayoría de las personas invierten su dinero en una casa bonita, un carro bueno, y una vida cómoda—en estas cosas está su corazón. Cuando las personas invierten en las lanchas o los auto-caravanas, pronto están pasando sus domingos en el lago o el campamento. ¿Por qué? Su dinero está invertido en esos “juguetes” y su corazón ha seguido en pos de ellos.
El Evangelista Dr. Ray Bearden dice frecuentemente, “Dios le dará a usted para dar lo que nunca le dará para guardar.” Esta declaración indica un corazón dispuesto a dar. Cuando damos y nuestro corazón sigue nuestro dinero, Dios sabe que Él nos puede confiar con más dinero porque sabe donde estará invertido.
La gente habla mucho de anhelar tener “un corazón para Dios.” Mateo 6:19-21 nos da el método para ésto: “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan. Mas haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla, ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón.”
Si yo quiero tener un corazón para con Dios y las cosas de Dios, tengo que invertir mi dinero en la obra de Dios. Un autor bien-conocido intenta motivar sus seguidores a la libertad financiera con repetirles que si viven de una manera diferente de los demás, podrán vivir de una manera diferente de otros. En otras palabras, si viven más simplemente y ahorran su dinero mientras están joven, podrán vivir mejor que los demás cuando son mayores. Pero un Cristiano debe ser motivado al pensar “si vivo diferente de los demás, podré dar de una manera diferente de otros.” Y la verdad es esta—si usted DA de una manera diferente, Dios le permitirá vivir de una manera diferente también (Malaquías 3:10).
¿Cuál es el “gasto” más grande en su vida? Para muchos, es el arriendo o el pago de la casa. ¿Está usted dispuesto a vivir diferente para poder DAR de una manera diferente? Uno no tiene que ver muchos programas de HGTV antes de escuchar el cliente decir, “No podría vivir con eso,” o “Hay que sacar eso.” La mayor parte del tiempo, lo que usted ve y escucha es cosa de preferencia personal, no de una situación inhabitable. ¿Está usted dispuesto a vivir con algo que de pronto no prefiere para que el dinero se pueda dar a la obra del Señor? Si su gasto más grande es la cuota del carro, ¿está dispuesto a manejar algo más viejo o más simple para que pueda dar más? Su corazón seguirá su dinero y si usted gasta demasiado en su casa o vehículo, su corazón considerará esas cosas más importantes que Dios y Su obra.
Quizá pensamos que conocemos a nuestro corazón y en que está puesto, pero Jeremías 17:9 nos da una advertencia solemne, “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” La mejor manera de saber exactamente en que está puesto su corazón es usar el mapa de Dios—seguir a su dinero.
Salomón, el hombre más sabio y quizá más rico que ha vivido, dio el siguiente consejo en Proverbios 23:19—“Oye tú, hijo mío, y sé sabio, y endereza tu corazón al camino.” ¿Cómo puedo enderezar mi corazón en el camino del Señor? Mandaré mi dinero por Su camino, y mi corazón lo seguirá. —Roberto T.B. Johnson