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My Passport To Freedom (Spanish)

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  • Format: Folded Tract
  • Size: 3.5 inches x 5.5 inches
  • Pages: 6
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“Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” Juan 8:32

Desde que el Señor en Su bondad me rescató de las garras del Catolicismo Romano, ha sido mi oración ferviente que El me use para advertir a todos los Católicos Romanos que puedo alcanzar de los peligros del Romanismo.

Por lo tanto, dirijo esta carta personalmente a ustedes, queridos amigos, quienes han sido dejados atrás, y oro que después de que ustedes lean este testimonio verdadero de mi conversión a la Cristiandad, que leerán sus Biblias y que descubrirán la verdad por sí mismos. Mi historia es corta y concisa. Aquí está:

No hace mucho tiempo, cuando todavía era Católica Romana, estaba organizando algunos papeles viejos que yo había acumulado en una caja, y encontré un boletín que era de dos años atrás de una iglesia Católica. Lo había guardado porque era de la iglesia donde me casé. Al mirarlo, mis ojos cayeron sobre un párrafo y paré para leerlo. El párrafo dijo que si leyéramos el testimonio de los Hechos de los Apóstoles y los escritos de los padres antepasados, veríamos que Pedro mismo y sus sucesores en el Oficio Papal desde el principio, ejercieron liderazgo autoritario sobre la iglesia, etc., etc.—se empeoró mientras seguí leyendo. Algo dentro de mí me instó a sacar mi Biblia Católica y buscar el pasaje particular en Hechos que mostraría a Pedro en el Oficio Papal. Busqué y busqué y una cosa extraña sucedió. Leí el libro de Los Hechos del principio hasta el fin y no pude encontrar a Pedro en el Oficio Papal. Estaba asombrada. Simplemente no lo podía creer. Pasaron varias semanas pero por alguna razón este incidente desconcertante nunca dejó mi mente. Tomé un trabajo de media jornada en nuestro complejo de apartamentos y allí conocí a una buena señora Cristiana que percibió mi interés en las iglesias. Ella me presentó una copia del Nuevo Testamento que llegaría a ser mi pasaporte a la libertad como iba a saber.

Leí y leí y no pude creer mis ojos por la razón de que aunque siempre había creido que la Biblia era EL LIBRO, nunca me había sentado para leerla. Simplemente creía que lo que la Iglesia Católica Romana nos enseñaba era la Palabra de Dios. Entonces usted puede entender porque estaba tan asombrada después de leer el entero Nuevo Testamento. Expertos en decepción es una descripción muy severa; sin embargo, me falta mejor descripción para lo que siento para con el Catolicismo Romano. Con horror, me di cuenta repentinamente de que mi estado presente me llevaría directamente al infierno sin parar. Aquí hay algunas cosas que aprendí del Nuevo Testamento:

1. Obtenemos la salvación eterna a través de la fe en Jesucristo cuando Lo aceptamos como nuestro Salvador personal (1 Juan 5:11,12)—no por las obras como la penitencia, el ayuno, la observación de los días santos, etc. Vea Efesios 2:8,9.

2. No hay mediador entre Dios y el hombre, fuera de Jesucristo. Esto significa que ni el Papa, un sacerdote, los santos, ni ninguna otra persona que se cree capacitada podrá interceder por nosotros. Vea 1 Timoteo 2:5.

3. No se encuentra en ningún lugar en el Nuevo Testamento donde los Cristianos hicieron fila para confesar sus pecados a un hombre. Se debe confesar solamente a Dios (Lucas 5:21). Nuestros pecados siempre son en contra de Dios y no en contra de un sacerdote. El sacerdote no puede tomar el lugar de Dios y perdonar o retener los pecados, ni tampoco aun pedirle a Dios que perdone los pecados de otra persona porque el sacerdote, siendo ser humano también, tiene sus propios pecados por los cuales preocuparse. Cada pecado que he podido recordar que fue confesado a un sacerdote, lo he confesado nuevamente a Dios porque ninguno de esos pecados habían sido perdonados por Dios.

4. No existe tal lugar como el Purgatorio. El Purgatorio es un lugar inventado por la Iglesia Católica para quitarle el dinero a la gente quien confía en ella y no sospecha engaño. Le ruego—no dé otra moneda para misas para los muertos. Nuestro destino eterno está sellado antes de morir. ¡Podemos escoger ahora si queremos la vida espiritual o la muerte espiritual!

5. Jesucristo es la “Roca” en Mateo 16:18—no Pedro. Vea 1 Corintios 10:4 y 1 Pedro 2:4-8. Mientras que usted lee su Biblia, encontrará muchos más versículos aprobando que Jesús es la Roca. ¿A quién escoge usted creer? ¿A Dios o al Papa? Sin embargo, acuérdese bien de que su respuesta será la diferencia entre el cielo o el infierno después de la muerte.

6. Dios aborrece, y repito, aborrece la idolatría. No obstante, la idolatría se practica en el Catolicismo como si fuera algo agradable a los ojos de Dios. Nuestro Señor no tiene ninguna intención de compartir Su gloria con estatuas de yeso. ¡LEAN SUS BIBLIAS!

Podría seguir pero estos ejemplos son suficiente prueba para empezar. Después de que decidí obedecer a la Palabra de Dios en vez de la del Papa, acepté a Jesús como mi Salvador y lo seguí en el bautismo.

Como Católica Romana anteriormente, creía todo lo que se me enseñó hasta que el Espíritu Santo me instó a escudriñar las Escrituras (Hec-hos 17:11) ese día que encontré el boletín de la Iglesia Católica Romana. Como Católica, estaba muerta espiritualmente porque en el profundo de mi corazón, sabía que nunca podría alcanzar el cielo. Nunca podría ser suficiente buena para ver a Dios. La vida eterna se obtiene solamente por la fe. Esto es el regalo de Dios a sus hijos, librados por Jesús en el Calvario. Tiemblo al pensar en el juicio venidero para los millones que todavía están en las garras del Catolicismo Romano. Oro que la ceguera causada por Satanás será removida de los ojos y de la mente de los Católicos Romanos leyendo este tratado.

El ver a la verdad revelada por el Espíritu Santo (el Vicario de Cristo en la tierra) es una de las experiencias más hermosas que uno puede esperar en esta vida. No puedo agradecerle a Jesús suficiente por derramar Su sangre preciosa por mi y por eso quise compartir con usted lo que he encontrado.

Busque a Jesús y usted encontrará la paz, el gozo, y un hogar eterno en el cielo con Dios, Quien le ama. Jesús no miente y El tampoco engaña. Mientras usted lee su Biblia, ore y pídale al Espíritu Santo que le enseñe y le ayude a comprender las Escrituras en la manera en que Dios quiere que las comprenda.

¡El tiempo de aceptar a Jesús es ahora! Isaías 55:6 dice, “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.” — Jeanne Lunkowski

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