Peace Is It Yours? (Spanish)
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- Format: Folded Tract
- Size: 3.5 inches x 5.5 inches
- Pages: 4
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- Version: RVR-1960
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La Paz ¿Es tuya?
¿Hay alguna esperanza para la paz?
Las guerras interminables, los conflictos y las injusticias que vemos en el mundo de hoy sólo prueban lo que la Biblia siempre ha declarado sobre la humanidad: “No conocieron el camino de la paz” (Romanos 3:17).
Todos los esfuerzos por lograr una paz duradera fracasan lamentablemente porque no se resuelve la raíz del problema. Sólo Dios tiene la solución al problema de la paz, no sólo para las naciones, sino también para ti. Él se ha ocupado con éxito de la raíz del problema: el pecado.
Él ofrece ahora una paz segura y duradera, tanto para el corazón como para la conciencia a través de Su Hijo, el Señor Jesucristo. Escucha las palabras consoladoras de Jesús: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27).
¿Cómo se puede hacer la paz?
El hombre nunca puede "hacer las paces con Dios." La paz no puede comprarse ni ganarse, ni nuestras lágrimas, oraciones y resoluciones pueden jamás hacer la paz con Él. Sin embargo, lo que nosotros no pudimos hacer, Dios lo ha hecho perfecta y eternamente.
“[Habiendo hecho] la paz mediante la sangre de Su cruz” (Colosenses 1:20). ¿Qué es lo que ha hecho la paz? Es la obra de nuestro Señor Jesucristo, que llevó "el castigo de nuestra paz" (Isaías 53:5) en la cruz. Allí, la pena completa del juicio de Dios contra el pecado cayó sobre nuestro Sustituto inmaculado. Luego, en señal de aceptación de la obra perfecta de Cristo, Dios resucitó a Jesucristo de entre los muertos. ¡Y la paz ha sido hecha!
¿Cómo puedes poseer la paz?
“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Romanos 5:1). Una cosa es que la paz haya sido hecha, pero otra cosa es que esta paz sea poseída. Hay paz para toda la humanidad, pero no toda la humanidad la posee. Esta paz debe ser recibida, y aquí es donde hay necesidad de la fe.
La fe acepta la palabra de Dios. Primero, es reconocida la condición perdida y arruinada de uno mismo: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios" (Romanos 3:23). Luego, cuando se confía en Aquel que murió y resucitó para quitar el pecado, la fe acepta a Jesucristo — haciéndole para la persona su Salvador y Señor. Todos los que creen en Él reciben esta bendita paz. Puede ser tuya, y puedes poseerla hoy.
Cuando descansamos nuestra fe en Jesucristo, obtenemos mucho más que un sentimiento de paz; comenzamos una relación real y eterna con Dios. En lugar de estar bajo la ira y sujeto al juicio, el creyente es aceptado por Dios, se convierte en el objeto de Su deleite, y es mirado como justo delante de Él. Puedes, querido lector, decir: "¿Tengo paz con Dios?"
¿Estás en paz?
"Él es nuestra paz" (Efesios 2:14). La paz no viene de nosotros mismos. La paz viene al conocer a Jesucristo como nuestro Salvador y Señor. El creyente tiene paz de conciencia en cuanto a sus pecados, y paz de corazón en cuanto a sus circunstancias. Jesús dijo: "Estas cosas os he hablado para que en Mí tengáis paz" (Juan 16:33). Por tanto, “[Familiarízate ahora] con Él, y tendrás paz (Job 22:21).