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From Satan's Lies To God's Truth (Spanish)

Special-Order Folded Tract

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  • Format: Folded Tract
  • Size: 3.5 inches x 5.5 inches
  • Pages: 6
  • Imprinting: Available with 5 lines of custom text
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The full text of this tract is shown below. (Do you want to print this tract in a different version than the one listed? Contact us and let us know what you're looking for—we may be able to create the alternate version for you at no charge.)

Yo fui criada en un hogar Católico Romano y estudié en una escuela Católica hasta el cuarto grado.

Aun como niña, no pude creer todo lo que la Iglesia Católica Romana enseñaba. Había aprendido los Diez Mandamientos y no pude entender porque las iglesias Católicas tenían imagenes en sus iglesias cuando uno de los Diez Mandamientos dice, “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo, Jehová tu Dios, soy Dios celoso...” (Éxodo 20:4,5).

Había un parque cerca de mi hogar y yo iba y escuchaba a la gente Menonita cantar canciones y hablar de la Biblia acerca de Jesús. Y amaba mucho a esa gente y ellos hablaban de que uno tiene que nacer de nuevo para entrar en el reino de Dios, pero en el momento yo no comprendía lo que eso significaba. A veces yo iba de escondidas a la iglesia de ellos en vez de la Iglesia Santo Bonifacio. Sin embargo, mi madre supo y no me permitió regresar. Obedecí sus deseos y después no me interesaba ir a la iglesia. Llegué a ser mundana, y aunque algunos Cristianos me testificaron durante mi vida, pensé que eran personas muy extrañas que no se divertían porque no se parecían al mundo, ni tomaban, ni fumaban, ni iban al cine, ni bailaban.

A la edad de diez y ocho años, salí de la casa y me casé. Los primeros siete años de mi matrimonio fueron años felices aunque no tuvimos religión en nuestro hogar. Pero de repente nuestro matrimonio empezó a descomponerse; entonces pensamos que si el sacerdote de la Iglesia Católica Romana bendijera nuestro matrimonio, su bendición nos ayudaría. Sin embargo, el opuesto sucedió. Aunque tenía tres hijos, había algo mal dentro de mí y por fin abandoné a mi esposo y a mis hijos. Como resultado, caí en gran pecado y lastimé a muchas personas, incluso a mi madre. Pero por dondequiera que iba, no tuve descanso ni paz en mi alma. Durante todo ese tiempo, mi esposo fue muy paciente y me demostraba mucha compasión.

Entonces me metí en las sectas. Empecé a creer en el astrología, el leer la palma de la mano, la yoga, y la reencarnación. Pensé que el alma de una persona entra en muchos cuerpos vez tras vez y que por fin obtiene la perfección a través de la yoga. En ese momento, el alma sería limpia, pura, y santa y por fin sería recibida por Dios en el cielo.

Satanás me convenció de que había vivido antes y que en una de mis vidas anteriores había recibido el talento de bailar. Aunque estaba muy descontenta en mi corazón, me encantaba bailar y empecé a bailar en tavernas y discotecas.

¡Como Le agradezco a Dios por Su paciencia y Su misericordia para conmigo! Resulta que me encontré en la oficina de un médico por un ataque físico en mi cuerpo y allí conocí a una joven Cristiana quien me testificó. Yo le conté que creía en la reencarnación y ella me mostró de la Biblia Juan 14:6 donde Jesús dijo, “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Y también, 1 Juan 1:9, “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” 1 John 1:7, “...y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.” Esa misma joven Cristiana me regaló una Biblia y empecé a leerla con sinceridad.

La tercera tarde después de haber recibido la Biblia, estaba leyendo Juan 3:3, “El que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios.” Repentinamente vi todos los pecados de mi vida y caí de rodillas y le pedí a Jesús que me perdonara y que me limpiara en Su sangre y que me salvara el alma y me hiciera una criatura nueva en Cristo Jesús. Me levanté de mis rodillas con la paz que solo Jesús puede dar, y me sentía como si yo hubiera sido la única persona en el mundo, Jesús todavía habría muerto por mí. Nada es más maravilloso que el gozo que la salvación trajó a mi corazón como un bebé nuevo en Cristo.

Le agradezco a Dios por unirnos otra vez como familia y por salvar a las almas de mis familiares como respuesta a la oración. También estoy agradecida para con el pastor y los hermanos de la Iglesia Bautista Crescentville (la iglesia fundamental donde asisto) porque me han ayudado a crecer en mi nueva vida Cristiana. Mi deseo ahora es de testificarles a todos con quienes me encuentro y de alcanzar a todas las almas preciosas que pueda antes de que Jesús regrese.

Si usted está confiando en las mentiras de Satanás como la astrología, el espiritismo, la adivinación, la brujería, las religiones falsas, etc., en vez de la verdad de Dios, venga a Jesús como su propio, personal, y suficiente Señor y Salvador, porque solamente El ha dicho, “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). Juan 1:12, “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.”

Amigo, no vaya al infierno porque no tiene que ir. Sea convertido al Cristo verdadero de la Biblia en este momento. —Carol Scheerer

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