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Am I Going To Heaven? (Spanish)

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  • Format: Folded Tract
  • Size: 3.5 inches x 5.5 inches
  • Pages: 6
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The full text of this tract is shown below. (Do you want to print this tract in a different version than the one listed? Contact us and let us know what you're looking for—we may be able to create the alternate version for you at no charge.)

En la lista que sigue, marque la cosa o las cosas en las cuales usted está basando su esperanza de alcanzar a ir al cielo al morir.

1. Tratando de guardar los Diez Mandamientos

2. Donando a las organizaciones benéficas

3. Haciendo lo mejor que uno pueda

4. Viviendo una vida buena

5. Haciendo las buenas obras

6. Tratando de obedecer la Regla de Oro

7. Diezmando o dando dinero a la iglesia

8. Siendo un miembro de una iglesia

9. Asistiendo fielmente a la iglesia

10. Rezando

11. Ayunando

12. Siendo bautizado

13. Observando la Sagrada Comunión

14. Siendo nacido de padres Cristianos

15. Observando la Confirmación

16. Haciendo penitencias

17. Recibiendo los santos óleos

18. Siendo un miembro de una fraternidad o logia

Ahora, averigüe si usted está en el camino al cielo.

Si usted marcó...

Número 1—Usted indudablemente no está en el camino al cielo. La Biblia claramente proclama: “Por tanto, por las obras de la ley ninguna carne será justificada delante de Él [Dios]; pues por la ley es el conocimiento del pecado” (Romanos 3:20).

“Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente; porque: El justo por la fe vivirá” (Gálatas 3:11).

Números 2, 3, 4—Usted está basando su esperanza en algo que de acuerdo con la Palabra de Dios, nunca le podrá salvar.

“Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hayamos hecho, sino por su misericordia...” (Tito 3:5).

Números 5, 6, 7—Usted nunca verá las calles de oro del cielo porque la declaración enfática de Dios es ésta:

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros; pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8,9).

Números 8, 9, 10, 11—Usted está en el camino al infierno, no al cielo. Aunque estas cosas son buenas por sí mismas y aunque a usted le parece que son suficientes para salvarle, Dios declara en Su Palabra Sagrada:

“Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento” (Isaías 64:6).

Número 12, 13—Usted está completamente equivocado y engañado. El bautismo y la comunión son para las personas que ya son salvas—personas que son verdaderos creyentes (Hechos 2:41; 1 Corintios 11:2, 23-32). Estas ordenanzas no pueden salvar a nadie y el propósito de ellas nunca era para salvar.

Número 14—Usted está descansando su alma en una esperanza falsa. Los niños nacidos en los hogares Cristianos necesitan ser salvos como las demás personas. Esta verdad está claramente expresada en Juan 1:12,13:

“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. Los cuales son engendrados, no de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.”

La frase “no de sangre” significa “no de la familia de uno.” Una persona tiene que ser nacida de Dios para ser salva.

Números 15, 16, 17, 18—Usted debe despertarse antes de que sea demasiado tarde. Ninguna de estas cosas ni se mencionan en la Biblia. Simplemente son las invenciones de los hombres y es totalmente ridículo esperar alcanzar al cielo a través de estos medios.

Por lo tanto, la conclusión inescapable es que el camino al cielo no se encuentra en una ni en una combinación de las cosas de la lista en la primera página. Aún si usted hiciere todas estas cosas, todavía fracasaría en su intento de entrar por las puertas del cielo al final.

¿Qué, entonces, es el camino divinamente ordenado para llegar a la salvación? La Biblia nos da una respuesta muy precisa. La única manera de pasar la eternidad con Dios en el cielo es LA FE SOLAMENTE EN EL SEÑOR JESUCRISTO.

Porque el hombre no se puede salvar a través de ningún medio, Dios mandó a Su Hijo Unigénito para morir como el sustituto para los pecadores. Si el hombre hubiera podido lograr la justicia por otra manera, entonces obviamente el Salvador no habría muerto.

Cuando el Señor Jesús murió sobre el Calvario y resusitó el tercer día, Él terminó la obra necesaria para la salvación. Ahora la única cosa que Dios requiere de una persona es que se sienta su necesidad de Él y que lo reciba como Señor y Salvador.

Así leemos vez tras vez en la Biblia que el camino al cielo se encuentra a través de creer en el Hijo de Dios.

“Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo...” (Hechos 16:31).

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna...” (Juan 3:36).

“El que en Él cree, no es condenado...” (Juan 3:18).

En resumen, el hombre es pecador y no puede alcanzar el cielo por las buenas obras, el buen carácter, los esfuerzos personales, o cualquier mérito. Su única esperanza de la salvación descansa sobre la obra terminada de Cristo en la cruz del Calvario. Así cuando el pecador confía en el Salvador, llega a ser salvo y según la autoridad de la Palabra de Dios, está en el camino al cielo.

Ahora, se hace la pregunta: ¿Aceptará usted el camino de Dios a la salvación? ¿Renunciará las “obras muertas” en las cuales está confiando y pondrá su esperanza de ir al cielo en la obra consumada de Cristo?

La decisión es suya. Usted puede continuar confiando en las cosas de la lista en la primera página. Si es así, usted irá a su sepultura sin Cristo y despertará perdido en la eternidad. O usted puede creer en el Señor Jesucristo y ser salvo. Su eternidad depende de su decisión.

—William MacDonald

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