What?! Christians Aren't Catholic? (Spanish)
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- Format: Folded Tract
- Size: 3.5 inches x 5.5 inches
- Pages: 4
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- Version: LBLA
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La historia de Tony:
Cuando Ron vivía en las Filipinas, llegó a formar una bonita amistad con un hombre llamado Tony, quien había crecido en Italia.
Tony tiene su Doctorado en Dogma Católico y habla nueve idiomas con fluidez. Pero en 1975, algo inusual sucedió. Tony estaba oficiando una Misa para un grupo de monjas en un convento al norte de Manila. Mientras salía del convento en su coche para regresar a su rectoría en Manila, se dio cuenta de que había una pequeña iglesia Protestante Bautista al otro lado de la calle. Él nunca había estado en una iglesia Protestante en toda su vida, habiendo sido criado en Italia. Su curiosidad lo venció, así que entró en esta pequeña iglesia Bautista. El pastor lo reconoció y comenzaron a platicar.
Luego, el pastor desafió a Tony a simplemente leer la Palabra de Dios. Tony dijo después:
“Aquí estaba yo, un erudito Católico, y si tú has sido enseñado en el catecismo Católico, tú sabes que el Dogma Católico dice que la Biblia es la inspirada Palabra de Dios, así que no me haría daño leerla”.
Él comenzó a leer la Palabra de Dios durante los siguientes seis meses. La Palabra produjo en él tal convicción, que se puso de rodillas y le pidió a Jesucristo que fuera su Señor y Salvador personal. Pero en ese momento tenía un verdadero problema, porque mientras continuaba estudiando, se dio cuenta de que tendría que regresar a Italia y decirle al Papa que no podía permanecer en la Iglesia Católica, pues no era congruente con lo que Dios había revelado en la Biblia.
Pero su mayor problema fue tener que ir a casa y decirle a su madre italiana que estaba abandonando el sacerdocio. Sin embargo, Tony ahora está de vuelta en las Filipinas, como misionario Bautista, ¡en el mismo lugar donde alguna vez fue presidente de la Universidad Católica!
Tony, el erudito Católico que encontró a Cristo, le dice a la gente que se siente como el apóstol Pablo cuando escribió Romanos 10:1-3. Él les dice:
“Oro por la salvación de ellos porque tienen celo de Dios, pero no conforme a un pleno conocimiento. Porque están buscando su propia justicia y no la de Jesucristo”.
Como Católico, yo tenía celo de Dios. Si tú conoces Católicos Romanos, algunos de ellos son las personas con más celo religioso que conocerás en tu vida. Se están esforzando tanto para ganar el favor de Dios.
Yo creía en la trinidad, yo creía en la divinidad de Jesucristo, yo creía en el nacimiento virginal, yo creía en la expiación y en la resurrección corporal. Yo incluso enseñaba todas esas cosas. Pero cuando se trataba de mi salvación, yo estaba poniendo mi salvación en las manos de la iglesia, de María, y de los santos. Yo estaba confiando en todo, menos en Jesucristo.
Cuando me di cuenta de que sólo hay un Mediador entre Dios y los hombres, y que Jesús era el camino, la verdad, y la vida, fue como una luz que se encendió dentro de mí. De pronto, todo lo demás tenía sentido. La alegría más grande en todo el mundo fue cuando finalmente salí de esa esclavitud de la tradición que ha sido acumulada, y descubrí el gozo y la paz de conocer a Jesucristo personalmente”.
Citado de: HECHOS RÁPIDOS SOBRE FALSAS ENSEÑANZAS. Copyright 1994 por Harvest House Publishers, Eugene, Oregon 97402. Usado con Permiso. Prohibida la reimpresión.
¡Qué testimonio! Éste (junto con otros testimonios) demuestra que sí hay una gran diferencia entre lo que la iglesia Católica Romana enseña y lo que la Palabra de Dios enseña.
En el evangelio de Juan, capítulo 19, versículo 30, las palabras de Jesús fueron grabadas para nosotros, donde Él declaró desde la cruz: “¡Consumado es!”. Esto significa que toda la obra de salvación —el propósito por el cual Él vino a este mundo— fue completada para aquellos que humildemente reconocen su pecaminosidad (en pensamiento, palabra, y acción) y reconocen su necesidad de un Salvador.
Verás, no hay nada en nosotros mismos que podamos hacer para poder ser lo suficientemente santos y justos para ir al cielo a la hora de nuestra muerte. La Biblia dice: “No hay justo, ni aun uno” (Romanos 3:10). En Hechos 17:30-31, el apóstol Pablo razonaba con los filósofos griegos diciendo: “Por tanto, habiendo pasado por alto los tiempos de ignorancia, Dios declara ahora a todos los hombres, en todas partes, que se arrepientan, porque Él ha establecido un día en el cual juzgará al mundo en justicia…”.
Para poder ser salvo verdaderamente, tú DEBES arrepentirte de tus pecados y poner tu confianza SÓLO en Cristo. Tony estaba ciego, pero ahora ha sido salvado.