Unforgiveness: A Christian Guide To Tearing Down That Wall (Spanish)
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- Format: Folded Flyer Tract
- Size: 3.5 inches x 5.5 inches
- Pages: 6
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La falta de perdón en nuestras vidas - ira hacia otros por algo que nos hicieron - es una carga terrible sobre nosotros. Esta nos hiere. Es como una fría y húmeda pared alrededor de nuestro corazón. Guardar rencor no nos protege; sino que nos atrapa. Nos mantiene en tormento.
“Pero alguien me hirió”, ¡pudieras decir!
Sí, lo hicieron. Y no importa lo que hagas o pienses, ellos tendrán que responder a un Dios Santo por lo que hicieron. Pero si nosotros guardamos rencor nuestra falta de perdón e ira nos hacen sufrir el doble. Lo que estamos haciendo es construir un muro alrededor de nuestro corazón, piedra por piedra, porque alguien nos ha herido. Y este muro, nos mantiene atrapados. Nos evita sanar.
¿Por qué tenemos que “dejarlo pasar por alto”? ¿Por qué no podemos hacer que la otra persona sufra, como sufrimos nosotros? El motivo es que el rencor que guardamos nos hiere. Además, es como tener un anzuelo encajado en la mano. A quien nos hiere es a nosotros, no a la otra persona. Tiene que ser quitado para que podamos tener paz. Tener paz en nuestra vida es la única manera de verdaderamente vivir.
Jesús le mandó a sus seguidores a perdonar a otros. Nosotros podemos hacerlo solamente con humildad y con la ayuda de Dios. Esperamos que este folleto le ayude.
Perdón y Falta de Perdón
Perdonar a otro significa liberar la responsabilidad de otra persona hacia nosotros por la queja que tenemos contra esa persona, y dejar en las manos de Dios todo el problema. Perdonar no significa “confiar”. El perdón se otorga, la confianza debe ser ganada.
La falta de perdón en nuestra vida nos lleva a un estado de ansiedad, incluso tormento, y limita nuestra habilidad de que nuestras oraciones sean escuchadas y respondidas por Dios. También nos limita para recibir a plenitud el beneficio del “Fruto del Espíritu (Santo)”, incluyendo el amor, gozo, paz, paciencia, y auto control (Gálatas 5:22-23).
La falta de perdón es una “fortaleza” en nuestra mente y corazón. Esto significa que es como un castillo que hemos construido por nuestros pensamientos y emociones, generalmente al paso del tiempo. Este debe ser derribado. Debemos enfrentar el problema con una actitud de humildad.
Sé Humilde
La Biblia: Jesús nos manda a perdonar a aquellos que nos ofenden o hieren. El Padre Nuestro vincula el Perdón de Dios hacia nosotros con nuestro perdón hacia otros: “Perdona nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores.” (Mateo 6:12). Jesús también menciona el perdón como una condición para que se contesten nuestras oraciones. (Marcos 11:24-26). Sin embargo, la Biblia, también nos provee guianza para vencer nuestra falta de perdón. Esta es la base de este resumen.
Debemos esforzarnos por tener un estilo de vida de Exhortación. Es más fácil criticar, sermonear y corregir a otra persona, pero la exhortación es el camino de la victoria para nosotros y para la otra persona. (un gran ejemplo de exhortación en la Biblia es el de Bernabé, en el libro de Hechos. Él fue un “buen hombre”)
Humildad: Debemos acercarnos al tema de la falta de perdón en nuestras vidas desde el punto de partida de la humildad y buscar la verdad y no el orgullo. Proverbios 15:33 nos enseña: “El temor del Señor es instrucción de sabiduría, y antes de la gloria está la humildad”.
Entender la fortaleza de la falta de perdón. Es una fortaleza en nuestra mente, la cual nos amenaza con encerrar nuestra alma (mente, emociones y voluntad) y nuestro cuerpo del poder limpiador del Espíritu Santo en nosotros. Nosotros mismos lo hemos construido, generalmente ladrillo a ladrillo con el paso del tiempo.
Así es como funciona: una ofensa hacia nosotros nos guía a un pensamiento negativo; después, nos investimos mental y emocionalmente en esos pensamientos. Comenzamos a elevarlos en importancia en nuestro carácter. Eventualmente nuestro orgullo domina la situación y podemos convertirnos en hostiles a la corrección y la verdad. (2 Corintios 10:4-5). Las fortalezas negativas como la falta de perdón son el campo de juego del diablo. Él puede jugar con nuestra ira, y otros pensamientos y emociones negativas, y así derribarnos.
Renovación de nuestra mente es el método para vencer la falta de perdón (Romanos 12:2). Debemos buscar un estilo de vida de meditación sobre nuestros pensamientos. Debemos traer nuestros pensamientos “cautivos” a la obediencia a Cristo. (2 Corintios 10:5).
Esto involucra arrepentimiento- confesión (con nuestra boca) de la fortaleza que tenemos; cambiar nuestra mente; cambiar nuestra dirección en esa área. Esta acción le capacita (1) para identificar cómo el diablo trata de obrar en nuestras mentes, y (2) atarlo y ¡echarlo fuera en el nombre de Jesús!
Al meditar en nuestros pensamientos, podemos resistir mejor cualquier tentación de agregar más ladrillos a nuestra fortaleza. Lo hacemos al ver las heridas y males que nos han hecho, no cómo una razón para ofendernos, sino en lugar de esto, como una oportunidad para contender en contra de la falta de perdón al derribar las fortalezas y no construirlas. Esta manera nos llevará al crecimiento espiritual, el cual es evidenciado por una paz incrementada en nuestra vida.
La Sangre de Jesús, derramada por nuestros pecados. Debemos poner todo en perspectiva. Cualesquiera que sean nuestros problemas, Jesús vivió una vida sin pecado y aun así lo dejó todo por todos los pecadores. Nuestras injusticias no se comparan con aquel acto de misericordia y salvación. Debemos enfocarnos en Él (Filipenses 4:8). Además, podemos “reclamar la sangre” como defensa en contra de las acusaciones de enemigo y sus intentos de hacernos sentir indignos por causa de nuestras fallas en el área de la falta de perdón.
Que nuestros hermanos y hermanas nos ayuden en el área de la falta de perdón. Al intercambiar testimonios, podemos edificarnos unos a otros en la fe. Sin embargo, debemos ser cuidadosos para no dejar que las respuestas de apoyo de nuestros amigos refuercen o aumenten cualquier fortaleza de falta de perdón.
El Apóstol Pablo le enseñó a su discípulo Timoteo, que este tenía que “ejercitarse” en el propósito de la piedad (1 Timoteo 4:7). Nosotros tenemos que practicar en el área de la falta de perdón, con oraciones por sabiduría de Dios, con un corazón arrepentido cuando fallamos, y con la búsqueda continua de la asistencia de Espíritu Santo.
La falta de perdón es un muro en nuestra mente. Lo hemos construido piedra por piedra. Este detiene al poder del Espíritu Santo de limpia nuestra alma y cuerpo. Nos mantiene en tormento.
Debemos derribarlo para alcanzar la victoria.
Reconocimientos: Gracias, Jesús. Gracias a mi esposa Sheila, al Rev. Tony Loeffler de Solid Rock Ministry, Mario Diaz por traducción y mis otros hermanos y hermanas en Cristo de todo el mundo, incluyendo Newton y Sparta, NJ, y Huntingdon, PA. ©2018 Ellsworth McMeen